jueves, 19 de marzo de 2009

Photos underground

El underground... cuantas horas nos hace pasar bajo tierra...
aunque reconozco lo estresante de éste, en el fondo tengo que admitir que me gusta, me gusta mirar a todo el mundo, correr entre la multitud o simplemente mirar como los demás corren, imaginar historias y sentir la música del artista de turno buscándose la vida en cada estación...

SÍNDROME DE ESTOCOLMO: Respuesta psicológica en el que la víctima de un secuestro, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines.

Pienso que esta ciudad me hace desarrollar mi bipolaridad a tope... y me pregunto: ¿Pero yo no era una tipa tranquila que disfruta con el sol, el campo, la playa, la buena compañía y el camping gas? Nada, es que a todo se adapta uno, en este caso creo que al más puro Síndrome de Estocolmo.
Ahora por unos días, voy a tener el placer de escapar del secuestrador de mi tiempo, bajar del tren de alta velocidad, dejar la ciudad de los neones, y el sol de buenas noches volviendo a casa de trabajar.

Mañana voy a Córdoba a la boda de mi prima, que ganitas.
¡¡Mi primilla se casa!!
Esta es otra de las cosas que me hace pensar que nos vamos haciendo mayores...
Solo estaré por allá tres días, una pena que sean tan pocos,
...pero menos es nada!!

lunes, 9 de marzo de 2009

Paseos por Londres

Una de las tentaciones contra las que lucha San Antonio en el cuadro de Salvador Dalí, "La Tentación de San Antonio", se dirige al Parlamento desde el London Eye, casualmente de las tres tentaciones, es la que representa el oro y las riquezas..., me pregunto si esto será casualidad...

La ciudad se pierde en el infinito... entonces recuerdo Ilfracombe, cuando salía a pasear y se me acababa el pueblo en la segunda calle, y entonces, solo quedaba sentarse en una roca de la playa y mirar el agua del mar como choca contra las rocas bajo mis pies, nunca pensé de dónde podía venir ese agua, por qué ciudades del mundo habría pasado, o por cuáles le quedaría pasar...

Sin embargo, ayer mirando El Támesis, sentí muy claro hacía donde se dirigía, se dirige justo allí, AL MAR, deseando fundirse con él olvidando que un día tuvo paredes y huyendo de la gran ciudad y de los miles de edificios que lo retuvieron en su paso por Londres...
Si yo fuese agua, sentiría eso..., buscaría mi mar.
A veces pienso que Londres, más que bonita es sorprendente.
A veces, pienso que es como un mar, en el que me fundo poco a poco con sus calles.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Por aquí sigo... entre multitudes.

Pasan los días sin darme cuenta... sólo los veo pasar uno detrás de otro, esta ciudad es muy grande y yo soy muy pequeña, de ahí que perciba diferente la noción del tiempo...
pero me gusta, y eso es lo importante.

Me pierdo en el vaivén de metros, entre las multitudes de turistas que se aglutinan en las principales calles comerciales de la ciudad, mientras tanto, yo solo corro esquivándolos para poder llegar a tiempo al trabajo... a veces no voy tarde, pero corro también... se que es más bonito ser turista, pero más autentico vivir la ciudad desde el otro lado.

Tengo tiempo libre que se consume la ciudad sin dejarme hacer mucho... el día aquí es muy fugaz. Por primera vez en mi vida, en esta ciudad me acoge más la noche, aunque esos rayitos de sol de invierno sigue siendo lo que más echo de menos.

Ando de nuevo sin internet en casa, un poco desconectada de todas estas tecnologías... uff, la verdad lo echo de menos, nunca me gustaron en exceso, pero echo de menos saber de mi gente.
Desde aquí, os mando un beso a toda esa gente maravillosa que me acompañásteis en algún momento en mi camino por la vida, bien por Málaga, Granada, México, Salamanca, Perú o Cordobita... o cualquier otro sitio. Ahora, aunque en la distancia, siempre estaréis dentro de mi cabecita os echo de menos a todos y cada uno de vosotros; siempre pienso que llevo algo de cada persona dentro de mí, algo que hago mío y pasa a formar parte de mi personalidad, algo que necesito aprender y que, en cada momento, la vida me pone a su antojo a personitas para que me lo enseñe, la paciencia de uno, la vitalidad de otro, la sencillez de otro... mil cualidades, mil cosas diferentes, de mil personas diferentes que me enseñaron, sin ni siquiera saberlo, cosas nuevas cada día solo con estar ahí a mi lado.