Aliciente
del recuerdo, vitamina del presente, todo lo que sé, me hace vivir en paz, todo
lo que he visto me enseña a saborear los momentos, viajar me enseñó entre otras
cosas, que la prisa mata.
Que
quién viaja corriendo se pierde la esencia, que no se trata de contar lugares o
ciudades si no de captar solo algunas esencias;
con una sola esencia clavada dentro de tú ser todas las vueltas sobran.
Si una ciudad te atrapa, quédate.
Aprender
a respirar la quietud del movimiento, y la tranquilidad del caos.
Tras muchos
años viajando y muchos países recorridos, cuando fui a realizar un voluntariado
a Sayán, “la ciudad del sol”, un pequeño pueblo en el estado de Huacho, en
Perú, donde nos decían que éramos los primeros españoles que llegaban allá
desde la independencia… Comprendí esto
que digo de la esencia.
No
importa cuantos nombres de ciudades puedas decir que pisaste si no encontraste
la esencia de cada lugar que pisas.
Tras
mes y medio viviendo y conviviendo en esta pequeña aldea de Perú, llegaba la
hora de seguir el camino, no era aun la hora de volver a casa; ahora empezaba
la verdadera ruta por Perú, y fue entonces cuando por primera vez en un viaje
se me llenaron los ojos de lágrimas por dejar un lugar. Aquel lugar me había
movido.
Desde
entonces comprendí que viajar es mucho más que visitar ciudades sin parar.
Viajar es saborear cada trocito de mundo, vencer tus miedos, tus tiempos, tus
costumbres, tus rutinas y barreras; y
aprender; es pensamiento a la máxima
potencia, es descanso y relax, vivir y convivir, es luz para el alma, es bajar
tus revoluciones vitales para contemplar y crecer.
Es
replantearte todo, empezando por tus mayores certezas.
Es
sentir y nada más… si fuese posible transmitir que es realmente viajar… la
gente no necesitaría hacerlo.
Por
eso, mientras más viajo, más trabajo me cuesta hablar de mis viajes; cuando la gente me pregunta que tal a la vuelta
de alguno de mis viajes, siento que respondo vagamente, o a lo sumo, muy
general, con un… increíble, o genial, maravilloso, lugares fantásticos, gente
maravillosa, estuve aquí, o allí…; a la vez que siento lo vacio de mi
respuesta, ya que realmente conocer culturas y modos de vidas más que
increíble, puedo decir que es INEXPLICABLE.