Fin del trayecto: Paracas, Pisco e Islas Ballestas

Pues ya he llegado a mi tierra... Córdoba, se acabó lo bueno, pero me llevo en mi cabecita mil recuerdos inolvidables y seguramente irrepetibles; me alegro un montón de haber compartido este viaje con mi italianita, creo que hacemos muy buen equipo para andar de un lado a otro sin rumbo fijo, por suerte no hemos tenido ningún tipo de incidente por el camino, o por lo menos ninguno grave.

Para finalizar, hoy debería subir las fotos de la última parte del viaje, pero no va a ser posible, ya que hemos perdido los equipajes en el aeropuerto y no las tengo hasta que nos envíen el equipaje a casa, así que aprovecho para subir una fotito de unos niños de la India que me han expuesto en una galería de fotografía en Chávez, una ciudad de Portugal, por haber quedado entre los 50 finalistas del Festimage 2007, un concurso internacional de fotografía. (También podéis verla en http://www.festimage.org/index.php?gc=pag_10122 )

Bueno, y aunque sea sin fotos hago un resumen de mis últimos días por Perú, que los pasamos visitando la Reserva Nacional de Paracas, donde pudimos ver unas playas naturales y totalmente vírgenes llenas de pelícanos y aves, una pena que no hiciese tiempo de bañarse. Desde Paracas nos fuimos a ver las Islas Ballestas, también Reserva Natural, donde habitan centenares de lobos de mar, pingüinos, y miles de pájaros que colorean las montañas posándose en ellas. Y es que sin quererlo ni esperarlo hemos acabado conociendo sitios espectaculares... así es Perú. De las islas nos fuimos a Pisco, no conocimos muy bien esta ciudad, pero si un poco de sus costumbres, como su nombre dice, son productores de una bebida muy típica de Perú, el pisco, así que nada más llegar nos fuimos a buscar donde podíamos comprarlo, y acabamos en un bar de jubilados bebiendo con ellos, la verdad que lo pasamos bastante bien, je,je,je...incluso nos insistían para que nos quedásemos al cumpleaños de uno de los señores, Julián, que cumplía 65 años... fue divertido compartir conversaciones pisqueras en aquel lugar, que sin quererlo fue el broche final de nuestro viajecito. Con la alegría del pisco nos montamos en el bus y sin darnos cuenta habíamos llegado a Lima. Donde nos encontramos con 5 voluntarios que conocimos en Sayán para despedirnos, ya de verdad, todos juntos del viaje.

...y colorín colorado este viajecito se me ha acabado.

Un año más podría asegurar que me acabo de pegar el mejor viaje de mi vida, pero como seguramente no sea el último... prefiero pensar como dice Javier Reverte en su libro "La aventura de viajar", que
"el mejor viaje siempre será el siguiente..." .