El Cañón del Colca

Nuestro siguiente destino ha sido Arequipa, que según lo que nos habían dicho era una ciudad increíble... bueno pues... no está mal. Je,je... creo que es demasiado a lo español, ya que fue una ciudad donde los españoles conquistadores se preocuparon de no mezclarse con los peruanos, por lo que es también la ciudad con más influencia española, más personas de piel blanca, y por consiguiente nada nuevo para mis ojos... Entonces, el día que llegamos nos fuimos de fiesta (muy majos los Arequipeños), y al día siguiente cogimos un bus para el Valle del Colca. Y fue lo mejor que pudimos hacer, sin quererlo llegamos a uno de los sitios más increíbles que podíamos haber imaginado por aquí.

Por la mañana nos fuimos a la cruz del Cóndor, que es un lugar situado en la parte superior del Valle desde donde se pueden ver los Cóndor volando desde las 6 a las 10 de la mañana... por suerte pudimos ver los últimos del día.

Luego nos dirigimos hacía el pueblito de Cabanaconde, desde donde se podía hacer el descenso del Cañón del Colca, el cual cuenta con el doble de la profundidad del cañón del Colorado, dato que aun ignora la National Geographics Society que en su atlas mundial continúa publicando al cañón del Colorado como el más profundo, debido a que la medición del Cañón del Colca son prácticamente recientes.

La pendiente es bastante pronunciada, y son más o menos unas tres horas de bajada, con unos paisajes increíbles, que te van sumergiendo poco a poco en la profundidad del valle dejando cada vez más arriba las imponentes montañas. Cuando llegas al fondo del valle... te encuentras con un oasis de vegetación, cascaditas que caen de la montaña para unirse al rió que pasa por allí... allí viven tres familias que alquilan bungaloes hechos de caña con camas de troncos de árboles y somier también de caña... por solo 7 soles (euro y medio), y allí pasamos la noche.

A la mañana siguiente seguimos disfrutando de aquel paraíso, que le llamaban precisamente así "Paraíso", nos bañamos en el río y a las tres de la tarde... nos decidimos en subir, pero como no estábamos de lo más deportistas... para subir con la calor andando, pues nos averiguamos unas mulas, que aunque no sea deporte de riesgo, os aseguro que tenía su riesgo, impresionaba bastante fiarse de la mula por los senderos tan estrechos...

Hoy acabamos de llegar a Puno, donde todavía no hemos visto nada, solo el hostal...

Continuará...